Acto IV La Forza del Destino. Pace, pace dio mio (Verdi)
LEONOR
¡Paz, paz, Dios mío!
La desgracia
me hace, ¡ay de mí!, languidecer;
después de tantos años,
mi sufrimiento
es tan profundo como el primer día.
¡Paz, paz, Dios mío!
¡Le amaba es cierto!
Y Dios le dotó
de tanta belleza y valor,
que aún le amo
y no puedo borrar su imagen
de mi corazón.
¡Fatalidad! ¡Fatalidad! ¡Fatalidad!
¡Un delito nos separa en la tierra!
Álvaro, te amo
y está escrito en el cielo:
¡no te volveré a ver!
Dios mío, haz que me muera;
sólo la muerte me devolverá la paz.
En vano esperó esta alma la paz
entregada a tamaño dolor
(Se acerca a una piedra en la que el Padre
guardián ha dejado unas provisiones)
Mísero pan que a prolongar vienes
mi desconsolada vida. Pero, ¿quién llega?
¿Quién profana este santo lugar?
¡Maldición! ¡Maldición! ¡Maldición!
(Entra rápidamente en la cueva
y cierra la puerta.
Se oye el chocar del acero)
3 Comments:
O.K.
Eso y más...
...
Se queda corto
todavía.
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Mucho, muy corto...
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Clávate la aguja
más delgada
y más pequeña
en el punto
menos sensible
de tu cuerpo
y lo sabrás...
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¡¡Eso!!!!
...
¡¡¡¡ESO!!!!!!!!!!
y más...
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Mucho...
...pero mucho más...
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By grandchester, at domingo, 11 febrero, 2007
Verdi...
...se queda corto
todavía.
By grandchester, at domingo, 11 febrero, 2007
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
By grandchester, at domingo, 11 febrero, 2007
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