Viajando en Ramon

Un vino rojo y dulcemente la piel sedosa en nuestros bordes.
Abandonados, invisibles, nos escurrimos entre las sabanas marchitas de azul
A pleno día, apagamos nuestras luces y por las cortinas de nuestra pupila, se cuela un hilo de mediodía.
Trenzados, sudorosos, ansiosos...
El delirio cae en aullido.
Los labios escupen las hebras de nuestro abandono,
Destilamos carruseles de espinas
Atoradas en la rueda de la fortuna

Yo gimo,
Ramón me riega...
Ramón preserva
Ramón luminoso
Ramón, mar que se detiene a veces, que regresa, que se hace y deshace.

Agonizo,
Yo, naufraga de tu tormenta...
Bendigo a Santa Carolina
tres estrellas...
Éxtasis..

Ramón recibe la ducha tibia con los ojos cerrados y juega con sus manos en el agua.
Yo te lavo de esas mil soledades acumuladas en estos tímpanos ávidos de palabras.
Ramón: Lleno eres de gracia...
Una polaroid instantánea ha salido de nuestro grito...

Todo mudo, todo quieto;
y afuera, aquello, caminando.

Mientras, nos purificamos de la infamia
Con tus poebotellas, el desierto florido
y un nostálgico vallenato con olor a ron viejo de caldas...

...