Soy tu hijo de bombón y chocolate.

Ya no me quedan dientes.
Tengo una oscuridad para su miembro.
Burbujea sangre en mi lengua que chupo y muerdo,
me indigesto para quitar esta hambre.

Mientras mi próximo cliente canta en salmos: bendito sea este niño,
Y me ofrece al templo de la medianoche.
No pago impuestos,
me baño en la calle-noche,
solo y desnudo,
he metido de todo.

Desde mi peldaño de la catedral observo al matadero,
esos pantalones azul oscuro que caen,
los mocasines largos y aceitados que lamo y lamo.
Por mi trasero se aproxima su armonía sangrante cuando soy su hijo.
Anhelo, deseo , sueño con volver a este peldaño.

Bésame que necesito pagar una cama bajo techo